jueves, 29 de agosto de 2013

La molècula de l'oblit

La molécula del olvido

El Nobel Eric Kandel descubre por qué se pierde memoria con la edad y abre la vía a evitarlo | Kandel muestra que el declive de la memoria no es un síntoma precoz de alzheimer. La proteína RbAp48 mengua con la edad, restaurarla permite recuperar memoria

Científicos de la Universidad Columbia de Nueva York (EE.UU.) liderados por el premio Nobel Eric Kandel han descubierto por qué la memoria se deteriora progresivamente con la edad. 

La clave está en una molécula que actúa en el hipocampo, la región del cerebro donde se forman los recuerdos. Según resultados presentados ayer en la revista Science Translational Medicine, la molécula RbAp48 es abundante en el hipocampo de personas jóvenes pero se vuelve cada vez más escasa a medida que se envejece.

La investigación demuestra que cuando se restaura la actividad de esta molécula en cerebros ancianos recuperan una capacidad de memoria propia de adultos jóvenes. Este resultado abre la vía a desarrollar terapias que permitan mantener una buena memoria a edades avanzadas.

Por otro lado, "nuestra investigación aporta pruebas concluyentes de que la pérdida de memoria asociada a la edad es un síndrome en sí mismo, distinto de la enfermedad de Alzheimer", ha declarado Eric Kandel en un comunicado difundido por la Universidad Columbia. 

Según una creencia extendida que ha resultado ser errónea, el deterioro de la memoria con la edad es un primer síntoma de alzheimer. Pero los resultados de Kandel y su equipo demuestran que, aunque en todos los casos de alzheimer hay pérdida de memoria, la gran mayoría de casos en que se pierde memoria con la edad obedecen a un proceso fisiológico natural independiente del alzheimer. 

Los investigadores se han centrado en una pequeña región del hipocampo llamada giro dentado. Estudios anteriores realizados por el equipo de la Universidad Columbia habían identificado esta región como clave en la formación de recuerdos y como la parte del hipocampo más afectada por el envejecimiento.

Para comprender qué cambia en el giro dentado con la edad, los investigadores han estudiado el cerebro de ocho personas de 33 a 88 años que habían muerto y habían donado su cuerpo a la ciencia. Al analizar cómo varía la actividad de los genes en esta región del cerebro a lo largo de la vida, han identificado 17 genes candidatos que podían estar relacionados con la pérdida de memoria. De ellos, el que pierde actividad de manera más clara a medida que se envejece es el que produce la molécula RbAp48. 

En una segunda fase de la investigación, el equipo de Kandel ha recurrido a experimentos con ratones para aclarar el papel exacto de esta molécula. Han observado que, al igual que ocurre en personas, los ratones sufren una pérdida progresiva de RbAp48 en el giro dentado a medida que se hacen mayores. 

El resultado más fascinante de la investigación es que, si se inactiva el gen RbAp48 en ratones jóvenes, sufren un deterioro de su capacidad de aprendizaje -por lo tanto, de su memoria- equivalente al que muestran los ratones más viejos. Pero, si se restaura esta molécula en el cerebro de ratones viejos, recuperan una capacidad de aprendizaje propia de ratones jóvenes. 

Al examinar el cerebro de estos ratones con imágenes de resonancia magnética, los investigadores han confirmado que el giro dentado se atrofia cuando se le priva de RbAp48. Pero también que, si se vuelve a aumentar el nivel de esta molécula en el hipocampo, la atrofia es reversible.

Este resultado indica que la pérdida de memoria asociada a la edad es un trastorno independiente del alzheimer, donde se produce una destrucción irreversible de tejido neuronal. Además, el alzheimer no empieza por el giro dentado sino por otra región del hipocampo llamada corteza entorrinal. 

"El hecho de que fuéramos capaces de revertir la pérdida de memoria asociada a la edad en ratones es muy esperanzador -declara Kandel-. Por supuesto, es posible que otros cambios en el giro dentado contribuyan a esta forma de pérdida de memoria. Pero demuestra que esta proteína es un factor principal". 

Los resultados de la investigación indican que la molécula RbAp48 actúa a través de otras moléculas (concretamente, a través de la ruta PKA-CREB1-CBP). Dado que ya existen fármacos experimentales que modulan estas otras moléculas, y que han conseguido paliar los problemas derivados del envejecimiento del hipocampo en ratones, "el siguiente paso lógico es ensayar estos fármacos en personas para tratar los problemas de memoria asociados a la edad", destacan los responsables de la revista Science Translational Medicine en un artículo editorial. 

Es demasiado pronto para saber si estos fármacos serán eficaces. Pero "la cuestión importante es que, para desarrollar terapias efectivas, primero hay que encontrar la diana correcta; ahora tenemos una buena diana" con la molécula RbAp48, lo que permitirá "evaluar terapias que puedan ser eficaces", afirma Scott Small, coautor de la investigación. Según Small, estas terapias que se podrán evaluar no tienen por qué ser sólo farmacológicas sino que también podrían consistir en una dieta adecuada, ejercicios físicos o actividades intelectuales.

domingo, 18 de agosto de 2013

Olinguito: El darrer carnívor trobat a Amèrica

El olinguito, primer carnívoro descubierto en América en 35 años

El animal luce como una mezcla de gato doméstico y osito de peluche

El olinguito, primer carnívoro descubierto en América en 35 años

Los científicos del Instituto Smithsonian han identificado al olinguito como la primera especie de carnívoro descubierta en las Américas en los últimos treinta y cinco años, según un artículo que publica la revista ZooKeys.
El olinguito (Bassaricyon neblina) se ha observado en la jungla, hay especímenes en museos y se le ha exhibido en zoológicos de todo el mundo, pero por más de cien años ha sido víctima de una identidad falsa, ya que hasta ahora se le creía herbívoro.
El animal luce como una mezcla de gato doméstico y osito de peluche, y según los científicos debe ubicarse en la familia de los Proyonidae que comparte con los mapaches, coatíes Kinkajous y olingos.
El olinguito pesa alrededor de un kilogramo, tiene ojos enormes y un denso pelaje de color ocre, y es nativo de las junglas de Colombia y Ecuador envueltas en las brumas, de dónde le proviene su apellido "neblina".
Además de ser el último miembro identificado en su familia, el olinguito tiene otra distinción: es la especie más nueva en el orden de los carnívoros, señala el artículo.
"El descubrimiento del olinguito nos recuerda que todavía no se ha explorado todo el mundo y algunos de sus secretos más básicos todavía no se han revelado", señaló Kristofer Helgen, curador de mamíferos en el Museo Nacional de Historia Natural del Instituto Smithsonian en Washington.
"Si aún podemos encontrar nuevos carnívoros ¿qué otras sorpresas nos aguardan?" comentó Helgen, quien dirigió el equipo científico. "Hay tantas especies en el mundo que la ciencia todavía no conoce. El documentarlas es un primer paso para comprender plenamente la riqueza y diversidad de la vida en la Tierra".
Este descubrimiento requirió diez años de trabajo y ni siquiera fue la meta original del proyecto que buscaba completar el primer estudio integral de los olingos, un conjunto de especies de carnívoros que viven en los árboles y pertenecen al género Bassaricyon.
El equipo de Helgen, que calificó hoy durante su presentación a este mamífero como su "más excitante descubrimiento", quería determinar cuántas especies de olingos había, y cómo están distribuidas.
Inesperadamente un examen detallado de más del 95 por ciento de los especímenes de olingos en los museos de todo el mundo, junto con análisis de ácido desoxirribonucleico y la revisión de datos de campo históricos reveló la existencia del olinguito, una especie antes no descrita.
La primera pista provino de los dientes y el cráneo de olinguito, que eran más pequeños y tienen forma diferente que los de olingos. El examen de pieles en los museos mostró que esta especie nueva era también más pequeña y tenía un pelaje más largo y denso.
Los registros de campo mostraron que el olinguito vivía en un área única del norte de los Andes a elevaciones de 1.500 a 2.700 metros sobre el nivel del mar, mucho más altas que el hábitat de las especies de olingo conocidas.
Todos estos datos provienen de especímenes recolectados a comienzos del siglo pasado, y el paso siguiente para Helgen y su equipo fue determinar si los olinguitos todavía viven en la jungla.
El zoólogo Miguel Pinto, en Ecuador, proporcionó la primera prueba de la existencia del olinguito con unos pocos segundos de imágenes captadas con una cámara de video.
Esto motivó una expedición a las laderas occidentales de los Andes que, durante tres semanas, observó a los animales, activos mayormente durante la noche, y documentó aspectos de su vida como que comen principalmente frutas, rara vez bajan de los árboles y tienen una cría por vez.
Los científicos determinaron, asimismo, que el 42 por ciento del hábitat histórico de los olinguitos ya se ha convertido para uso agrícola o urbano.